I Ruta de la Tapa Erótica de Zaragoza: Saldaña va de tapas

La I Ruta de la Tapa Erótica de Zaragoza ya ha terminado, pero Guillermo Saldaña, colaborador del blog,  aprovechó para irse de tapeo con su chica, Henar,  y ha querido compartir con nosotros sus impresiones así que ahí va su crónica tapera:

Empezamos la ruta en El Olimpo, en el tubo. La tapa «En el Olimpo… mango sobre el monte de Venus» resulto ser de las mejores de la noche y es que estaba hecha a base de carne de rabo de ternera, con una teja de canela, brotes de alfalfa y dos dados de gelatina de mango, que al calentarlo se deshacía produciendo así la salsa… Mmm… ¡Riquísima!

La siguiente parada fue en El Fenicia, un local libanés. La tapa «Pasión Libanesa», resultó ser bastante erótica, o al menos, picantota, ya que consistía en carne de ternera y ternasco con una especia picante que no nos quisieron desvelar y que se llevaba casi todo el sabor.

A continuación, a Blasón Aragonés, a probar la tapa “Con un par de… “, salchicha, rebozada con tempura con frutos secos. Esta tapa nos dejó un poco indiferentes, ya que no le vimos el erotismo por ningún lado, y tampoco tenía especial calidad culinaria.

De ahí nos fuimos a la plaza San Pedro Nolasco, a Stemar, donde nos trataron bastante bien, a pesar de que no encajábamos demasiado en el ambiente “adinerado” del local. La tapa «Ese bombón» fue la que mas glamour tenía, puesto que consistía en un bombon micuit de foie recubierto de oro (sí, sí, oro). El sabor de la tapa era bueno, pero evidente, ya que no consistía nada más que en el foie.

La penúltima, como se suele decir, nos la tomamos en la calle mayor, en la Cervecería Mayor. La tapa «Olé tus cojones» se llevó por mi parte y por parte de Henar el premio a la más erótica, puesto que era la única que aludía a algun tema sexual. Era a base de carne de ternera con setas, un colín y dos medios huevitos de codorniz. Se notaba el toque del pimiento y la cebolla. Muy rica de sabor, y es que a veces, lo más sencillo es una buena fórmula de éxito.

Rumbo a la plaza santa marta. Allí cerquita está El Clavel, que concursaba con la tapa “La tetilla se esconde”, una tapa sencilla y clásica, que consistía en un montadito de jamón cocido que ocultaba en su interior queso de tetilla fundido. Por encima algo de pimentón, que a la postre le dió el toque especial que la hacía digna de concurso. Lo acompañaron con unas olivicas negras, que no formaban parte de la tapa, pero se agradeció.

Y ya el último sitio, en la Plaza Santa Marta, fuera de ruta, una parada en El Lince, para tomar un clásico montadito de arenque, tomate y pepinillo. Y es que después de tanta sofisticación, me apetecía invitar a Henar a tomar algo propio de la historia de las tapas de Zaragoza.

¡Salud! ¡Nos vemos en los bares!

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