Tapas y Cervezas Maridadas en el Restaurante New Sheraton de Zaragoza

¿Que hariáis vosotros si os proponen un plan que mezcla una buena cena de tapas con unas cervezas artesanas las maridan a la perfección? Pues supongo que como yo, ¡no os lo pensaríais! ¡Un sí rotundo! Después de cruzar varios mails con mi hermano pensando donde salir a cenar, recibí una llamada de Sergio avisándome de este magnífico plan, así que allá que nos fuimos los hermanos Lorés.

La cena maridada tuvo lugar en el New Sheraton (calle Santa Catalina, 1), un restaurante en el que no había estado todavía. La impresión de entrada fue muy buena, la barrica estaba llena de tapas y se podía apreciar que eran de productos de calidad. Pronto empezaron a llegar todos los participantes de la cena y cuando estábamos los 30, Jesús (chef del New Sheraton) nos acompañó a la sala que tiene en la planta baja.

La sala se llenó de cerveceros, (sólo había dos o tres chicas) y mi hermano y yo nos preguntamos, ¿no hay mujeres cerveceras? Nos pareció curioso porque en los círculos de amigos que nos movemos, más de una se hubiera apuntado a una cata de cervezas maridada con tan buenas tapas.

Para la velada Sergio siguió la misma dinámica que utiliza en sus catas, sólo que esta vez había preparado un menú con Jesús que nos iba a dejar boquiabiertos. Ya me hubiera gustado pasarme el día en el que estuvieron probando los platos y viendo con que cerveza casaba mejor, ¡cómo se lo debieron pasar! Bueno, supongo que queréis saber como se desarrolló el evento, ¿no? Pues así comenzó el festín:

Ensalada enrrollada con cerveza «Blanche de Hainaut» (cerveza de trigo belga). La ensalada envuelta en una hoja de arroz venía aderezada con una vinagreta de frambuesa y una reducción de Aceto de Módena, unos sabores y aromas cítricos que compartían con la Blanche que además acompañan con unos toques a cilantro y naranja.

La gente ya se empezaba a animar con preguntas: se hablaba de los aromas a azufrados, de la adición de caramelos… ¡Vaya nivel de comentarios ya con la primera cerveza!

Crujiente de bacon con espuma de tomate con cerveza «Anderson Valley Boont Amber Ale» (cerveza de EEUU). El bacon estaba extra-crujiente, para comerlo con la manos. La tapa era ácida gracias al tomate, y ese era el punto que compartía con la estadounidense que le acompañó.

Tartar de atún rojo con cítricos con cerveza «Saison dupont» (cerveza belga). Atún de Almadraba troceado y macerado con pomelo, lima y naranja al que le añades un poquito de pimiento rojo y verde para aportar frescor. A esto le pones un poquito de salsa de soja y haces un plato estupendo, y genial para compartir con una Saison dupont, la cerveza de temporada que se caracteriza por su frescor.

Por supuesto, el pobre Sergio casi ni podía cenar, los cerveceros curiosos le hacían una pregunta tras otra, en particular aquí se habló mucho de las fermentaciones tanto en barril como en botella.

Lomo de trucha rellena de verduras con puré de zanahorias, crema de carabineros y patata azul con cerveza «San Georgenbräu Gold Marzen» (cerveza alemana). Para poder apreciar todos los aromas que componen esta cerveza se sirvió en una copa más abierta, y ya os podéis imaginar que conversación salió aquí, ¿en qué vaso se sirve cada tipo de cerveza? ¿A qué temperaturas? Anda que no dió de sí.

Confit de pato con salsa de trufa, frutos del bosque y platano «macho» frito con cerveza «Weihesthepan Korbinian» (cerveza alemana). La noche estaba llegando a su fin y Jesús sacó este plato, que para mí fue el estrella. Creo que todos untamos la salsa de trufa, ¡qué delicia! Además, la cerveza negra rebajaba el punto graso del pato y complementaba con unos toques a regaliz y caramelo.

«Huevo frito» o mousse de yogur y gelatina de mandarina con salsa de chocolate blanco con cerveza «V sence» (cerveza belga). Esta especial Vsence ya la conocía, de hecho me la había recomendado Sergio y acertó plenamente con mis gustos cerverceros. Le iba muy bien al huevo frito, digo, al postre.

La verdad es que mi hermano y yo salimos muy contenticos, por 35 euros cada uno habíamos cenado de maravilla, aprendido sobre cerveza lo que no está escrito, y sobretodo compartido mesa con otros muchos zaragozanos interesados en aprender de cerveza acompañándola de unos buenos platos. A ver para cuando la siguiente…

Más información sobre el restaurante | The New Sheraton, calle Santa Catalina, 1. Zaragoza. T: 607 407 634 – 692 562 523

Más información sobre las catas de cerveza | Sergio Ruiz en Cervezas Artesanas

Más fotos de la cena | Álbum en Facebook Set en Flickr

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3 Comments Posted

  1. Malo malísmo. En lugar de subirnos al comedor de arriba, como había poca gente, nos apalancaron en el bar. La puerta del mismo abierta (estamos en noviembre y hace frío), el camarero olía -y digo bien olía- que trascendía.
    El foie vuelta y vuelta era demasiado vuelta y vuelta, la oca todavía sangraba.
    La ensalada templada de boletus helada, daba la impresión de que habían abierto una lata de setas y la habían volcado sobre una bolsa de ensalada Florette.
    Los huevos trufados rotos, no estaban mal… es lo único que salvo.
    Los raviolis de pera con salsa de queso: buena idea pero mal acabada. La salsa demasiado líquida… un poco más cremosa, y menos cantidad, mejor que mejor.
    El cochinillo: crujiente por fuera (bien) y ‘gasco’ por dentro (mal).
    Los postres ni nos atrevimos a probarlos… teníamos ganas de irnos, no tomamos ni café.

  2. Desde luego lo peor y con diferencia es la chulería y prepotencia del capo-cocinero, donde el concepto de que el cliente tiene la razón no lo se lo enseñaron en la vida…

    Ya habíamos estado en este sitio, creo recordar unas cuatro veces y todo excelente, por eso repetimos (aunque la última vez ya nos pusieron un arroz negro aguado y salado, muy malo pero comestible).

    Pero la calidad y el servicio han caído de una manera exponencial, hasta hacerlo un barucho que de la carta no tienen ninguna cosa exótica que en su día lo hicieron famoso.

    EL pasado día fui con mi familia a gastar un groupon de chuletón, y nos sacan una carne dura, muy roja y con un olor ciertamente desagradable, solo superado por el color de la grasa, que yo nunca había visto tan amarillo… le pedimos que nos lo cambie y al rato nos saca el mismo, más pasado y faltándole el trozo que habíamos probado. (Y no se puso ni colorado) el mismo olor a cabrales pero ya era un chuletón al punto, con tanto pase. Lo mandamos de vuelta, y sale el cocinero y nos dice: «que esa carne era así con otro corte y otro color y que estaba perfecta, que ya nos había sacado dos cortes y que no nos iba a cortar más». Le dijimos que no hacia falta y que nos sacara los postres (un timbal muy bueno, por cierto.

    Ya podéis ver tanto la cualidad profesional, como la categoría profesional de este personaje de generosas proporciones.

    Si queréis una experiencia desagradable pero inolvidable, podéis ir y si a lo mejor os sacan el mismo chuletón viajero darle recuerdos nuestros. Al cocinero no.

  3. PESADILLA EN LA COCINA, penosa es la palabra q me viene a la mente cuando recuerdo aquella cena.
    El pasado sabado acudi con mi pareja a cenar con un cupon de groupon que pintaba muy bien (2copas de champagne, 3 entrantes, 2 platos principales a elegir…)
    PENOSO NO SE LO RECOMIENDO NI A MI PEOR ENEMIGO, AMI NO ME VERAN EL PELO MAS.
    A por cierto en teoria la cena eran 25€ y han resultado ser 42€, vino de la casa 15€ gaseosa 2,5 y varios 0,5 varios 0,5 ( nose lo que serian).

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